Esta institución es la columna vertebral de la dominación, la opresión y la explotación en el Estado capitalista; asegura el dominio de las minorías privilegiadas mediante el ejercicio de la violencia física y simbólica.Pero sus consecuencias perversas van más allá: el ejército, como cualquier otra institución armada, es un lugar que condensa todas las lógicas perversas asociadas a la dominación, magnificadas a su máxima potencia. Si la institución militar tiene como horizonte normativo, como deber ser, los valores particulares de una clase burguesa, blanca, heterosexual y eurocéntrica –el individualismo, la jerarquía, el sexismo, el machismo, la homofobia y la lesbofobia, el racismo y la xenofobia, la sumisión y la doble moral, el unanimismo, entre otros-, presentados como si fuesen universales, no es menos cierto que tales valores se reproducen en otros lugares de lo social, en otras instituciones o en otros entramados de relaciones sociales.
El gobierno de Juan Manuel Santos ha venido profundizando el neoliberalismo y las políticas de despojo y militarización. Mientras en las pantallas de televisión hace llamados a la paz, en campos y ciudades desata la más cruenta guerra contra el pueblo y sus organizaciones. Por esas razones es más que justa la movilización que hemos iniciado diversos sectores en país.
Apoya Campaña contra la detención arbitraria, persecución judicial y criminalización de la protesta en Colombia. La objeción de conciencia, ética o política, supone una posición que va más allá de la negación del establecimiento militar. Esta institución es la columna vertebral de la dominación, la opresión y la explotación en el Estado capitalista; asegura el dominio de las minorías privilegiadas mediante el ejercicio de la violencia física y simbólica.
La Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, FCSPP, alerta sobre la crítica situación en la que se encuentra el recluso Ángel Parra